El pasado domingo iniciamos una nueva experiencia en Tres Magnolias.
Consistió en que nuestros residentes estuvieron cantando canciones desde las 5 a las 7 de la tarde acompañados de música en directo.
El músico tocaba los teclados y ellos cantaban las canciones que se les había impreso en hojas de papel grande, para que no tuviesen problemas al seguir la letra.
Para ser la primera experiencia, habíamos preparado sólo 5 canciones a saber: Cielito Lindo, María de la O, Clavelitos, El meu avi y La Bella Lola.
Repito 2 horas, 5 canciones.
Es decir duro que te pego con 5 canciones durante 2 horas. Dos larguísimas horas.
¡Pues que se les hizo corto!. Sí, sí que decían que se les había hecho corto. ¡A ver quién entiende a estos abuelos!.
¿Sabéis cuántos pidieron ir al lavabo durante estas dos horas? Ninguno.
¿Cuántos deambularon sin rumbo durante estas dos horas? Nadie.
¿Cuántos pidieron agua? Ni uno solo pidió un vaso de agua. Nada de nada.
¿Qué hacían las auxiliares de tarde entonces? Pues cantar con los abueletes.
Alguno incluso se atrevió a bailar como Josep Serrano con su mujer Teresa. Ahí los tenéis.
Pues bien, se demuestra otra vez que lo que necesitan nuestros abuelos es marcha, mucha marcha, sin pasarse; pero marcha.
La actividad física, cognitiva, lúdica... cualquier tipo de actividad actúa de bálsamo que les hace olvidar sus dolores, sus penas, aunque sólo sea por un rato.
Creemos que desean tanto entretenerse que 2 horas de música en directo, cantando sólo 5 canciones, duro que te pego, una y otra vez, se les hace corto.
Porque durante ese tiempo se les ha olvidado su edad, por eso se les ha hecho corto.
Repetiremos en breve y, si esposible, lo consolidaremos como una actividad programada para todo el año.
Si tenéis algún comentario, incluidlo en el partado de comentarios.
A la hora de comer ha soplado las velas con fuerza
Por cierto, hoy no le ha dolido nada. Y si le dolía, no ha sido tanto como otros días.
